¿Qué es el Domingo de Ramos?

El Domingo de Ramos es el día en que recordamos la “entrada triunfal” de Jesús en Jerusalén, exactamente una semana antes de su resurrección (Mateo 21:1-11). Algunos 450-500 años antes, el profeta Zacarías había profetizado: “Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.”(Zacarías 9:9). Mateo 21:7-9 registra el cumplimiento de esta profecía: “y trajeron el asna y el pollino, y pusieron sobre ellos sus mantos; y él se sentó encima. Y la multitud, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino; y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían en el camino. Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!” Este evento tuvo lugar el domingo antes de la crucifixión de Jesús.

En recuerdo de este evento, celebramos el Domingo de Ramos. Es conocido como el Domingo de Ramos, debido a las ramas de palma que fueron puestas en el camino cuando Jesús entró en Jerusalén, montado sobre el asno. El Domingo de Ramos fue el cumplimiento de la profecía de los “setenta sietes“ del profeta Daniel: “Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.”(Daniel 9:25). Juan 1:11 nos dice: “A lo suyo vino [Jesús], y los suyos no le recibieron.” Las mismas multitudes que gritaban: “¡Hosanna!” gritaban “¡Sea crucificado!” cinco días más tarde (Mateo 27:22-23).

La Marcha por la Vida 2016 es el evento público más grande de la historia peruana


Este sábado 12 de marzo desde las 9:30 am

La Marcha por la Vida 2016 es el evento público más grande de la historia peruana

• En el 2015 se convirtió también en la más grande de Latinoamérica y una de las importantes del mundo.

• La partida de la Marcha en Cañete empieza desde el Monasterio de las Madre Carmelitas y terminara en la plaza de Armas de Cañete

Desde el 2013, La Marcha por la Vida se ha convertido en la manifestación pública más grande la historia peruana. Año tras año el número de participantes y el entusiasmo de los mismos no dejan de crecer y este año sus organizadores prometen más de una gran sorpresa en un evento que siempre se ha caracterizado por ser una fiesta popular.

El lema de este año habla muy claro y fuerte: “Nuestro Primer derecho: la Vida” y los organizadores de la Marcha por la Vida 2016 esperan consolidar el evento como el más multitudinario jamás vivido en el Perú.

Esta manifestación pacífica, tiene la finalidad de promover y defender la vida, desde la concepción hasta su fin natural. Es una gigantesca comparsa que alegra la ciudad todos los meses de marzo y sus participantes proceden de distintos colectivos, universidades, colegios, y ONGs. Se caracteriza también por ser multiconfesional donde destaca el trabajo conjunto entre católicos, evangélicos y toda persona que defienda el primer derecho que tenemos todas las personas, la vida.

“En esta oportunidad la Marcha por la Vida tiene una coyuntura muy especial. Los políticos van a oír nuestra voz. Sabrán que NO estamos mudos. Verán a más de medio millón de personas recordándole que antes de reclamar cualquier derecho, el primer derecho que tiene todo ser humano es la vida”.

La Marcha por la Vida se realizará el sábado 12 de marzo desde las 9:30 am. El punto de encuentro será el Monasterio de las Madre Carmelitas y terminara en la plaza de Armas de Cañete

Cabe destacar que la organización de la Marcha por la Vida con muchos jóvenes voluntarios, así como con la colaboración de la Policía Nacional, Serenazgos y Defensa Civil, quienes se encargarán de garantizar el orden público y la seguridad durante todo el recorrido y concentración final.

María es nuestra intercesora


¿Quién mejor que Ella para comprendernos y pedir por nuestras almas a Su Hijo?


Jesús, elevado en la Cruz, nos regaló una Madre para toda la eternidad. Juan, el Discípulo amado, nos representó a todos nosotros en ese momento y luego se llevó a María con él, para cuidarla por los años que restaron hasta su Asunción al Cielo.

María se transformó así no sólo en tu Madre, sino también en la Madre de nuestra propia madre terrenal, de nuestro padre, hijos, de nuestros hermanos, amigos, enemigos, ¡de todos!.

Una Madre perfecta, colocada por Dios en un sitial muchísimo más alto que el de cualquier otro fruto de la Creación. María es la mayor joya colocada en el alhajero de la Santísima Trinidad, la esperanza puesta en nosotros como punto máximo de la Creación. La criatura perfecta que se eleva sobre todas nuestras debilidades y tendencias mundanas. ¡Por eso es nuestra Madre!.

La Reina del Cielo es también el punto de unión entre la Divinidad de Dios y nuestra herencia de realeza. Nuestro legado proviene del primer paraíso, cuando como hijos auténticos del Rey Creador poseíamos pleno derecho a reinar sobre el fruto de la creación, la cual nos obedecía. Perdido ese derecho por la culpa original, obtuvimos como Embajadora a una criatura como nosotros, elevada al sitial de ser la Madre del propio Hijo de Dios.

¡Y Dios la hace Reina del Cielo, y de la tierra también!. Allí se esconde el misterio de María como la nueva Arca que nos llevará nuevamente al Palacio, a adorar el Trono del Dios Trino. María es el punto de unión entre Dios y nosotros. Por eso Ella es Embajadora, Abogada, Intercesora, Mediadora. ¿Quién mejor que Ella para comprendernos y pedir por nuestras almas a Su Hijo, el Justo Juez?. María es la prueba del infinito amor de Dios por nosotros: Dios la coloca a Ella para defendernos, sabiendo que de este modo tendremos muchas más oportunidades de salvarnos, contando con la Abogada más amorosa y misericordiosa que pueda jamás haber existido. ¿Somos realmente conscientes del regalo que nos hace Dios al darnos una Madre como Ella, que además es nuestra defensora ante Su Trono?.

Si tuvieras que elegir a alguien para que te defienda en una causa difícil, una causa en la que te va la vida. ¿A quien elegirías?.

Dios ya ha hecho la elección por ti, y vaya si ha elegido bien: tu propia Madre es Reina y Abogada, Mediadora e Intercesora.

¿Qué le pedirías a Ella, entonces?.

Reina del Cielo, sé mi guía, sé mi senda de llegada al Reino. Toca con tu suave mirada mi duro corazón, llena de esperanza mis días de oscuridad y permite que vea en ti el reflejo del fruto de tu vientre, Jesús. No dejes que Tus ojos se aparten de mi, y haz que los míos te busquen siempre a ti, ahora y en la hora de mi muerte.

¿Cómo fue la muerte de san José?

¿Puede haber mejor paso a la vida eterna que entre los brazos de Jesús y María?
No existen registros documentados de la muerte de san José, pero es comúnmente aceptado que él falleció antes del inicio de la vida pública de Jesús.

En los primeros siglos de la Iglesia, conforme narra Isidoro de Isolani, se acostumbraba leer en las Iglesias de Oriente, todos los 19 de marzo, una narración solemne de la muerte del padre adoptivo del Hijo de Dios:

“Ha llegado para san José el momento de dejar esta vida. El Ángel del Señor se le apareció y le anunció que había llegado la hora de abandonar el mundo e ir a descansar con sus padres. Sabiendo que estaba cerca su último día, quiso visitar, por última vez, el Templo de Jerusalén, y ahí le pidió al Señor que lo ayudara en la hora final.

Volvió a Nazaret y, al sentirse mal, se acostó en la cama y su estado se agravó rápidamente. Entre Jesús y María, que lo asistían con cariño, expiró suavemente, enardecido en el Divino Amor.

¡Oh, muerte bienaventurada! ¿Cómo no había de ser dulce y enardecida en el Divino Amor la muerte de aquel que expiró en los brazos de Dios y de su Madre?

Jesús y María cerraron los ojos de san José.

¿Y cómo no habría de llorar ese mismo Jesús que lloraría sobre la sepultura de Lázaro? ‘Mirad cómo le quería’ dijeron los judíos. San José no era tan sólo un amigo, sino un querido y santísimo padre para Jesús”.

La Iglesia, que venera con cariño a este santo de gran devoción de los cristianos, lo reconoce como el patrón de la buena muerte.

¿Puede haber mejor pasaje a la vida eterna que entre los brazos de Jesús y María?

Hoy la Iglesia Universal celebra el Bautismo del Señor

“Cuando se lava el Salvador, se purifica toda el agua necesaria para nuestro bautismo y queda limpia la fuente, para que pueda luego administrarse a los pueblos que habían de venir a la gracia de aquel baño”, dijo San Máximo de Turín en el Siglo V al referirse al Bautismo del Señor que la Iglesia celebra hoy.

Con el Bautismo del Señor se concluye la temporada de Navidad y la Iglesia nos invita a mirar la humildad de Jesús que se convierte en una epifanía (manifestación) de la Santísima Trinidad.

“Juan está bautizando, y Cristo se acerca; tal vez para santificar al mismo por quien va a ser bautizado; y sin duda para sepultar en las aguas a todo el viejo Adán, santificando el Jordán antes de nosotros y por nuestra causa; y así, el Señor, que era espíritu y carne, nos consagra mediante el Espíritu y el agua”, manifestó San Gregorio Nacianceno en uno de sus sermones.


“También el Espíritu da testimonio de la divinidad, acudiendo en favor de quien es su semejante; y la voz desciende del cielo, pues del cielo procede precisamente Aquel de quien se daba testimonio”, añadió el Santo.

Evangelio: Lucas 3,15-16.21-22

En aquel tiempo, el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a a todos: - 'Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. Y sucedió que, cuando todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado; y, mientras oraba, se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo sobre él con apariencia corporal semejante a una paloma, y vino un voz del cielo: - ´'Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco'”.