Madre del Niño Dios
“He aquí la sierva del Señor,
hágase en mí según tu palabra”
Es desde ese fiat, hágase que Santa
María respondió firme y amorosamente al Plan de Dios; gracias
a su entrega generosa Dios mismo se pudo encarnar para traernos
la Reconciliación, que nos libra de las heridas del pecado.
La doncella de Nazareth, la llena
de gracia, al asumir en su vientre al Niño Jesús, la Segunda Persona
de la Trinidad, se convierte en la Madre de Dios, dando todo de
sí para su Hijo; vemos pues que todo en ella apunta a su Hijo
Jesús.
Es por ello, que María es modelo
para todo cristiano que busca día a día alcanzar su santificación.
En nuestra Madre Santa María encontramos la guía segura que nos
introduce en la vida del Señor Jesús, ayudándonos a conformarnos
con Él y poder decir como el Apóstol “vivo yo más no yo,
es Cristo quien vive en mí”.